El coworking es una nueva forma de trabajar en la que diferentes profesionales comparten un mismo espacio de trabajo. En España, esta moda está en pleno crecimiento, en cada rincón y en cada barrio, sobre todo en capitales como Madrid y Barcelona, también en Valencia o Sevilla, surgen espacios de este tipo con una filosofía parecida: compartir, colaborar y co-trabajar. No en vano, España ocupa el tercer puesto mundial en espacios de coworking, con 199 espacios, después de EEUU, con 781, y Alemania, con 230, según el Global Coworking Census: 2013
El coworking es, a la vez, tendencia social y negocio, aunque tu rentabilidad económica está también en tela de juicio. Asimismo, se asocia su boom a la burbuja del emprendimiento, que muchos también valoran como desproporcionada y con un futuro muy poco claro. Para hacer un análisis adecuado de esta tendencia, me gustaría reflexionar primero acerca de la manida palabra burbuja y de nuestro miedo a que todo sea tal. Calificamos de burbuja toda nueva tendencia demasiado exaltada por la opinión pública, los políticos y otros poderes y medios, indicando que no tiene un sólido fundamento y que tarde o temprano desaparecerá, por analogía con la famosa burbuja inmobiliaria. Sin embargo, o vivimos en una bañera llena de burbujas o no podemos seguir empleando ese término con efectividad.
Creo que es más preciso entender que las tendencias sociales cada vez duran menos tiempo, lo que no implica que no ocupen un gran espacio. Esto tiene que ver con la intensidad y la profundidad; es decir, una tendencia social puede darse durante un espacio corto de tiempo y, sin embargo, ser importante, profunda y transformadora. Pronto veremos cómo todas las tendencias, modas, corrientes, modelos de negocio, emprendimientos y proyectos desaparecen para dar paso a otros y sólo algunos dejarán su impronta en el futuro. ¿Qué marcará la diferencia, entonces? La capacidad de producir transformaciones que transciendan esas tendencias, la penetración en nuestros hábitos, la impronta en la memoria colectiva, la importancia para nuestras vidas que esas modas tengan.
¿Es el coworking una nueva burbuja? Es una nueva tendencia que no sabemos cuánto durará pero que se basa en valores importantes que recuperan lo colectivo y apuestan por la creatividad y el pensamiento colaborativo. Hasta ahora en España, en cuanto a coworking, hemos hecho lo obvio: hemos habilitado un lugar para compartir, proporcionado espacios comunes de uso colectivo, ofrecido soporte técnico y asesoramiento, mentoring y formación y hemos llenado el espacio con proyectos y profesionales variados, comprometidos e innovadores ¿Es eso realmente coworking? Compararé esta situación con un diálogo, un género que cultivamos especialmente desde nuestro proyecto. Un grupo de personas podemos reunirnos para hablar de un tema, compartir nuestros intereses, nuestras ideas, procurarnos una bebida para estar más cómodos, podemos incluso hacernos con un moderador.
Sin embargo, puede que esa conversación no nos lleve a nada nuevo, simplemente cada uno exponga su opinión y, en el mejor de los casos, escuche la de los demás. ¿Es eso un verdadero diálogo? No. Un verdadero diálogo, al más puro estilo de los que se hacían en el ágora griega, implica alumbrar algo nuevo, descubrir esa idea que emerge entre dos argumentos contrapuestos, tomar conciencia de que 2 opiniones no son 2 ideas, sino pueden ser una tercera diferente. Cuando desplegamos el arte del verdadero diálogo (y seguro que muchos podéis rememorar conversaciones así con vuestros amigos, familia o parejas) se produce un descubrimiento, algo nuevo que emerge y que nos deja con un sensación de avance, de satisfacción y de creación. Es precisamente ese el gran reto de los espacios de coworking: lograr un diálogo continuo a través de las paredes, las salas y los espacios compartidos, que genere nuevas ideas, procesos de mejora, nuevas configuraciones, nuevas profesiones y, por qué no, nuevas tendencias que reemplacen al propio coworking, quizá, no dentro de mucho tiempo.
Mª Ángeles Quesada en Anexos