El centro Niemeyer se plantea renunciar a subvenciones para conservar su autonomía

Avilés ha amanecido de nuevo pendiente del futuro del centro Niemeyer en lo que cada vez más se antoja como un enfrentamiento político de limitada enjundia cultural. El consejero de Cultura del Principado de Asturias, el recién nombrado por Francisco Álvarez-Cascos (Foro) Emilio Marcos Vallaure, mantuvo por la tarde del miércoles en Oviedo un encuentro con la alcaldesa de la villa, Pilar Varela (PSOE), y el productor discográfico Manolo Díaz, presidente del patronato de la institución cultural.

En la reunión, de poco más de media hora, los representantes del centro respondieron a las últimas exigencias del Ejecutivo (“una representación en los asientos del patronato que se ajuste con nuestras aportaciones económicas”, explicó Vallaure) con una sorprendente propuesta: si se les renueva a partir del 15 de diciembre la cesión del complejo de 43 millones de euros, diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer y pagado por el Principado, los actuales gestores están dispuestos a prescindir de la subvención del Gobierno regional, que este año, primero de funcionamiento del centro, fue de 1,15 millones. Pese a renunciar a ese dinero, el Ejecutivo mantendría, según el plan formulado ayer, los tres asientos que le corresponden en el patronato (de un total de 16).

Además, Díaz y Varela explicaron al consejero que la actual dirección está abierta a que se aumenten los mecanismos de control sobre la gestión. En el origen de esta crisis está la denuncia por parte del Principado de “graves irregularidades” en la justificación de dietas. Una acusación a la que el abogado José Luis Rebollo, secretario general de la fundación respondió aportando un amplio informe, cuyo contenido Cascos aseguró el martes que se estaba revisando. Lo cierto es que desde que fue hecha a principios de setiembre su intensidad ha remitido en los argumentos del ejecutivo.

Los responsables del centro están convencidos de que pueden caminar, “como hemos demostrado en una tendencia continuada de los últimos años”, afirmó Rebollo, hacia un modelo de patrocinio en el que las aportaciones privadas superen a las públicas. El presupuesto del Niemeyer para 2010, cuando aún no estaba abierto el complejo, fue de 1,35 millones de euros. En él, pusieron dinero, además del Gobierno asturiano (42%), el Ayuntamiento de Avilés (22,2%) y la autoridad portuaria de la ciudad (7,4%). El resto provino de la financiación privada, de empresas que forman parte del patronato.

En las previsiones para este año, los gestores pensaban ingresar por la explotación del centro abierto en mayo 1,05 millones de euros, cantidad similar a lo que aporta el Principado (1,15 millones). Todo eso, claro, antes de que el embrollo en el que se haya metido el centro, pusiese su futuro en duda y obligase a cancelar actividades cuya organización estaba en marcha para los próximos meses, tales como una exposición sobre los estudios Cinecittá, congresos y conciertos. Rebollo, que baraja la interposición hoy de una demanda contencioso-administrativa por la anulación por parte del principado de unos cambios en los estatutos de la fundación, calcula en 600.00 euros las pérdidas.

Vallaure, por su parte, volvió a transmitir las aspiraciones del principado: “Queremos que el centro se rija por criterios de transparencia en sus cuentas”. E insistió en la proporcionalidad, aunque no especificó con cuántos patronos quedaría satisfecha su inversión. Por la mañana, el equipo de Cascos había emitido un comunicado en el que se rectificaban los datos de las aportaciones del principado al Niemeyer ofrecidos el martes en conferencia de prensa por el presidente. Cuando habló de 2,1 millones destinados por el ejecutivo “en 2010″, debió decir “hasta 2010″, es decir, en los cuatro años que llevaba en funcionamiento la fundación.

Las partes se emplazaron a celebrar una reunión en la tarde del jueves o el viernes en la que el Gobierno explicará su postura ante la nueva oferta de la fundación. De momento, los vecinos (que ya se concentraron dos veces la semana pasada) han convocado una marcha el sábado a las 19.00, día del estreno del espectáculo de danza de María Pagés, Utopía, que podría ser el último del Niemeyer a solo medio año de su apertura oficial.