Crowdfunding: hacia dónde vamos

Ya hace un tiempo que se oye hablar del “Crowdfunding” o financiación colectiva en España. Sin embargo, a pesar de la multitud de iniciativas en ámbitos como el empresarial, social o cultural, sigue siendo imprescindible llamar la atención de los ciudadanos (y de los gobiernos) sobre la oportunidad que ofrece esta nueva forma de financiación: movilizar pequeñas aportaciones individuales para promover proyectos empresariales útiles en nuestra sociedad.

¿Quiénes estamos alrededor del crowdfunding?

Además de las plataformas que lo gestionan, también están las empresas o emprendedores que buscan financiación, y los ciudadanos (inversores individuales) que quieren decidir en mayor medida el uso que se hace de sus ahorros y que, además de recibir recompensas o retornos financieros (según el modelo), desean contribuir al desarrollo de proyectos empresariales que sienten cercanos o interesantes.

¿Qué nos une a todos los actores implicados?

Queremos métodos de financiación alternativos a los que existen hoy en día y que no acaban de satisfacer las necesidades de nuestras empresas y emprendedores. Desde Arboribus constatamos que de forma creciente los ciudadanos están dispuestos a comprometerse directamente con el desarrollo de pequeñas empresas que crean empleo local o provén de bienes y servicios de utilidad en nuestra sociedad. El surgimiento constante de nuevas redes de inversores privados (business angels) o foros de inversión muestran esta mentalidad creciente.

El crowdfunding abre la posibilidad de ejercer de inversor, aunque sea a pequeña escala, a una gran parte de la sociedad. Permite a los ciudadanos participar con pequeñas cantidades en proyectos que quieren apoyar a través de un sistema de financiación transparente que les permite gestionar libremente sus ahorros e inversiones.

¿En qué punto estamos y hacia dónde vamos?

Hoy en día existen en España ya más de 50 plataformas de crowdfunding en sus distintas modalidades (donación o recompensas, préstamos o participación en el capital) y segmentos (proyectos culturales o musicales, pequeñas y medianas empresas, start ups, etc.). Desde Arboribus vemos esta diversidad de modelos de financiación y de actores como la garantía de que la actividad emprendedora, creativa e innovadora de nuestra sociedad sigue viva y creciendo.

En muchos países estos sistemas de crowdfunding ya se están convirtiendo en sólidas alternativas de inversión y financiación. A través de estas plataformas, en el 2011 en el mundo se financiaron proyectos por valor de 1.500 millones de dólares y se estima que en el 2012 esta cifra se ha duplicado. Expertos vaticinan que el crowdfunding va a contribuir enormemente a democratizar el mundo de las finanzas, devolviendo poder a los ciudadanos y equilibrando las fuerzas entre la banca y las empresas.

En España y Europa, en un futuro no muy lejano esperamos ver un nuevo marco reglamentario que tome una posición clara a favor de la financiación directa, teniendo en cuenta sus especificidades y el hecho de que Internet modifica y amplía las oportunidades y la noción de comunidad. En EEUU ya apareció una primera regulación específica en el 2012 y desde Europa se están haciendo los primeros pasos. Las plataformas de crowdfunding europeas nos estamos coordinando (www.europecrowdfunding.org) con un interés común: la restauración del crédito a las pequeñas y medianas empresas y la protección de los derechos de los usuarios. En este sentido, desde el pasado octubre la Comisión Europea ya está estudiando un primer documento técnico que debe sentar las bases para una futura regulación común del crowdfunding: http://bit.ly/Tz10cd.